martes, 30 de diciembre de 2008

Entrevista a la clase media

- ¿Por qué bebe señora?
- Porqué no tengo otra cosa que hacer
- ¿Hace cuánto?
- ¿Hace cuanto qué?
- Bebe
- Desde mis 13
- ¿Años?
- No, pepinos
- Je je ... uhmmm... ¿Cómo empezó?
- Tenia un novio...
- Ajá
- Al que quería mucho...
- ¿Si?
- Sí. Y un día...
- ¡La dejó!
- ¡Cállate! No me dejó, por lo menos no entonces. Nos casamos, tuvimos dos hijos. Los dos varones. Me dejó cuando el menor se fue de la casa.
- Si, pero un día...
- ¿Qué?
- Me estaba contando que algo pasó un día...
- ¡Ah sí! Es que yo veía todas las noches a mi marido, es decir, a mi novio -en ese entonces era mi novio-, no me pregunte que es lo que hacíamos; el hecho es que dejó de venir porque se puso a trabajar.
- ¿Y?
- Y ¡Nada! Ese dia me puse a beber.
- ¿Por decepción?
- ¿Qué tipo de persona puede sentirse decepcionada por algo así?
- Ehhhh.. ejém... ehhh, no lo sé.
- ¡No empecé a beber por eso!
- ¿Entonces?
- De puro aburrida...
- ¿Eh?
- Sí. Estaba aburrida y en mi casa había muchas botellas ¿Cuál es el problema?
- Es la primera vez que escucho algo así.
- Bueno desde ese día bebí todas las noches que no tenía nada que hacer.
- ¿No tenía compromisos?
- Claro que los tenía, tonta. Pero es bien visto beber en las fiestas ¿no?
- No es un problema para nadie.
- Bueno, entonces yo bebía en mis noches libres, en las reuniones familiares, en las salidas con mis amigas, en los paseos con mi novio... En fin, casi siempre. Luego se me hizo costumbre y ahora bebo noche y día.
- Inédito...
- Asi es... ¿Quieres un traguito?