viernes, 30 de enero de 2009

¿Condición o convicción humana?

¿Que tan perverso puede ser el hombre? ¿puede considerarse pérfido cierto tipo de comportamiento? ¿o tan solo responde a un instinto arraigado en lo más profundo del límbico?. Se sabe que una madre puede llegar a devorar a sus crías si es necesario, aunque muchas veces no podemos explicar este fenómeno, los expertos consideran que es un mecanismo de autocontrol, caso contrario la situación llegaría a ser anárquica, la superpoblación y hambruna tomarían lugar.

Es algo que no se aplica a los humanos, por ese mismo hecho, "la condición humana". La piedad o el placer someten finalmente a la razón. Nietzsche a parte de misógino, hablaba de la egemonía del superhombre. En resumidas cuentas, debía sobrevivir el más fuerte y se debía ayudar a morir a los débiles (dentro de los cuales se contemplaba a los cristianos, individuos con tendencias suicidas, los ayunadores, etc). Me gustaría añadir a esa lista a los limítrofes y dirigentes políticos, que en su mayoría sufren de oligofrenia. "Cualquier parecido con la realidad, es mera intencionalidad".

En 2005 y tras años de arduas jornadas de investigación, se logró resolver un hecho macabro que trasmutó la sensibilidad y sació el morbo de centenares de ciudadanos de Ciudad Peluche, un paraje veleidoso.

En la conservadora ubicada en el sótano de cierto domicilio particular, fué hallado un cuerpo en cajas de cristal, que albergaban restos humanos femeninos ubicados en forma aleatoria, en cortes axiales perféctamente ejecutados. Cortes finos, dignos de exposición del mejor anfiteatro.

Del autor, se rescataron las siguientes apreciaciones:

Cualquier hombre es asesino en potencia, algunos necesitan un móvil, por ejemplo la venganza, defenza propia, asalto agravado. En cambio yo, tan solo intento saciar mi insaciable y sangriento deseo por llenar un vacío.

No se exáctamente como comencé con este comportamiento, el recuerdo más remoto que se aproxima a aquel momento fué, cuando en mis años de pre-grado de medicina solía cuestionarme acerca de cuál sería la sensación más cercana, equivalente a disecar un cadáver de anfiteatro, pero en este caso in vivo. Inicié imaginando incisiones hechas en mi brazo por mi mismo, individualizando los músculos, verlos contraerse, ver latir una arteria, o mi corazón. Posteriormente empecé experimentando en mi muslo y solo en mi muslo, pues no es accesible a la vista de cualquier persona, y otras incisiones en el resto del cuerpo hubiesen levantado erróneas sospechas de conductas suicidas.

Los primeros cortes eran dolorosos, conforme iba avanzando, el dolor cedía ante un extraño y heterogéneo sentimiento de repulsión y placer. Impresiónaba como algún cuerpo ajeno al mío, mucho más cuando conseguí atravesar piel, tejido graso y aponeurosis (aquella membrana que envuelve a la mayoría de los músculos). Ahí me detuve, en actitud juguetona traccionaba aquella membrana con la punta del bisturí, momentos en los cuales me sentía mucho más ajeno a mi, mientras una gélida sensación bajaba por mi espalda, hasta que caía en la cuenta de que había sangrado ya bastante. Con el pasar del tiempo, aquel ritual que en primera instancia placentero, se tornó tedioso. Debía experimentar cosas nuevas.

En aquel cuerpo fué que encontre deleite sin igual, a pesar de su debilitado temple. Su tersa, fría y lisa piel, de contornos, recovecos, cavidades y protuberancias pronunciadas. Dejaban discurrir con agrado a la fina hoja de acero inoxidable, que se abría paso entre cada una de los surcos de aquella suculenta piel, hasta desangrarse afanosamente. Entre sus entrañas y el aroma visceral, encontré un peculiar bálsamo. Deleite efímero, que se desvanecía cuando cerraba los ojos y al abrirlos me encontraba finalmente con el ente exánime, en el que se convertía por descuido mio. Nuevamente volví a sentir regocijo en cuerpo ajeno, sin aquella gélida percepción surcando mi espinazo.

Contribuyo con la naturaleza al control de la superpoblación, que de no ser por nosotros "los predadores", los accidentes de tránsito, las trágicas pestes y una uva atorada en la glotis, pues, esta se habría salido de nuestro mando.

lunes, 26 de enero de 2009

Al Fondo A La Derecha

En cierto domicilio particular…
Sgto. Mordida: Cabo Ranchero! Venga acá por favor! Descríbame el escenario.
Cabo Ranchero: Bueno, se trata de un hecho de sangre. Un crimen pasional en apariencia, protagonizado por el ciudadano Mamerto Toro de 26 años, en calidad de agresor, cirujano de profesión. El cual fue encontrado en flagrancia por sus cuñados, cuando este introducía el cuerpo mutilado de su esposa, la Sra. Soila Vaca, en una moledora de carne. Hay que apuntar que la familia Toro es dueña de uno de los más importantes frigoríficos de la ciudad.
Sgto. Mordida: Muy bien, y dígame, ¿se hicieron las pesquisas pertinentes al igual que la toma de declaraciones?
Cabo Ranchero: A todos los testigos, solo falta el imputado. Se enviaron muestras de los restos para confirmación mediante examen de ADN. Y lo que quedó del cuerpo ya fue dispuesto por personal de la morgue.
Sgto. Mordida: ¿Restos? ¿ADN? Pero, ¿no acaba de decir que los hermanos reconocieron a la víctima cuando sucedía el hecho?
Cabo Ranchero: Si, y no.
Sgto. Mordida: ¿Puede ser más específico?
Cabo Ranchero: Sucede que las únicas rebañaduras que le faltaron introducir a la moledora, fueron un pie, junto con los senos.
Sgto. Mordida: Ah! Y como fue que lograron reconocerle con eso?
Cabo Ranchero: Por una seña particular en el primer ortejo del pie de la víctima. Se trata de un nevo rojo.
Sgto. Mordida: Entiendo…
Bueno, mientras tanto, yo tomaré la declaración al implicado.
Ya en la comisaría…
Sgto. Mordida: Déjeme entender la situación Sr. Toro, ¿por que cometer tal acto de... deee… de? Semejante acto salvaje. Pues no se que otra denominación darle. Después de ver las ominosas imágenes en las fotos de la escena, solo me atrevo a preguntar ¿Qué le impulsó a esto?
Sr. Toro: La vida con ella, se hizo intolerable. Hace un par de meses me contó sobre su romance, ¿dije romance? ¡Sus revolcones con uno de nuestros regordetes empleados! Le mintió a todo el mundo al respecto, así que su sinceridad me hizo sentir, algo discriminado.
Días atrás, empecé a sentir como sus agudos comentarios se metían en mi cabeza, Su infecto aliento a viandada, impregnando mi reducido espacio personal. Aquella tremebunda figura, con sus tremolantes posaderas, el perenne contoneo de copiosa materia grasa, balanceándose por la cocina. Ese ser abyecto de ancas rollizas, sonrisa retorcida, por sotabarba un colgajo de lunares peludos. Y ese par de senos, que de no se por los sujetadores le llegarían al ombligo. No se exáctamente cuando murió el ímpetu.

Imagino que aquel empleado portaba algún grado de ceguera, ó, quizás tendencia fetichista por los cetáceos.
Hasta cierta noche, que, durante la cena, puso mal la mesa y se me antojó estrellar su sesera contra el suelo, al arrojarla del 6to piso. Fue como estallar una sandía contra el pavimento, mientras observas regarse la dulce pulpa.
Sgto. Mordida: Vaya analogía. ¿Y no siente ningún remordimiento al respecto?
Sr. Toro: ¿Que? Acaso Ud. jamás reventó una sandía.
Sgto. Mordida: Por favor señor, seamos objetivos. Dígame ahora, ¿Cómo pensaba deshacerse de los restos?
Sr. Toro: ¿No es obvio? Carnicería, moledora, cirujano. Y ya que los engaños están de moda, decidí arrojar su pecaminoso cuerpo a la moledora.
Considerando las dimensiones de mi mujer, me pareció prudente despojarla previamente de sus extremidades y sus senos. Y! para facilitar aún más el traslado, decidí separar cada miembro en segmentos. El problema fueron sus entrañas, no tiene idea de cómo el aroma visceral puede atraer otros animales.
Sgto. Mordida: Pero, ¿que pensaba hacer con los restos?
Sr. Toro: ¿Acaso debo repetir lo que es obvio?. Somos lo que comemos.

Ay! disculpe, ¿sería tan amable de indicarme donde tienen el baño?
Sgto. Mordida: Al fondo a la derecha...

domingo, 25 de enero de 2009

Morbo

Varón NN de aproximadamente 23 años de edad, encontradoo en una ladera del camino a La Paz.
A: Acompáñame, que debemos averiguar la causa de la muerte.
T: Vaj! No jorobes, estoy ocupado, apunta un paro cariorespiratorio y ya!
A: No te pases de pendejo, sabes que todos mueren así, debemos buscar la causa desencadenante. Además, se que te interesará, se trata de un macabro hecho, puede encajar perfectamente en tu enfermiza lista.
Nuestro querido amigo, por decirlo así, fue encontrado en dos bolsas negras, próximas a la carretera, la primera, contenía la cabeza intacta, a excepción de las piezas dentarias que en realidad faltaban, arrancadas desde los alveolos, al igual que sus globos oculares, arrancados de sus cuencas.
T: Faltaban?
A: Si! Quiere decir que no están donde deberían.
Vamos con la segunda bolsa, contenía su tórax y abdomen. Bueno, nada fuera de lo común, fenómenos cadavéricos que se esperarían en cualquier inerte, livideces, piel anserina, etc.
Lo más interesante es que, sus extremidades fueron despojadas de sus partes óseas. Se evidencia una cicatriz longitudinal en la parte dorsal de cada uno de sus miembros inferiores, cicatrices relativamente antiguas muy bien afrontadas, con precisión quirúrgica.
Y yo que te llamaba “enfermo”.
T: Oh! Por favor, no me quites el crédito aún.
Bueno, como dijo Jack el destripador, “vamos por partes”. Abramos tórax y abdomen. Mientras tu busca otras evidencias en su bóveda craneana.
Pesemos los órganos y abramos estómago e intestinos.
Jo! A que no imaginas que encontré. Cuyo es este par de ojos y la decena de dientes?.
A: Percebe... Crees que se los hayan dado de tragar?
T: Ó, quizás no aguantó el hambre.
A: A la mierda con tu humor negro!. Termina con eso, mientras voy a recoger los resultados del toxicológico.
T: Oh! (al mirar una placa Rx de columna) este tipo es un maestro, que ingenioso, quitar una vértebra y reemplazarla.
Minutos mas tarde…
A: Los laboratorios reportan elevados niveles séricos de D-propoxifeno, restos de tiopental. A este tipo lo doparon hasta la médula. Además de un cóctel de antibióticos
T: Sería mi último deseo si me arrancaran los ojos y me encajaran una cabeza en la espalda.
A: ¿A que te refieres?
T: Solo mira sus Rx de columna, a nivel de la 2da lumbar…
A: ¿Acaso es la cabeza de un animal? ¿Seccionaron su médula?
Eso explicaría como aguantó la extirpación de los huesos de sus piernas y sus antiguas cicatrices.
T: El objetivo era mantenerlo vivo mientras recibía todas esas injurias. Ciertamente estuvo anestesiado, pero en sus periodos de lucidez fue obligado a ver un infierno más allá de las proporciones bíblicas de las que tanto me hablas. Las torturas chinas son un juego de niños al lado de esto.
Pero. ¿Te imaginas la dedicación que empeñó su némesis para controlar las infecciones que podrían haberleconsumido, así mismo para realizar cada uno de sus calculados procedimientos?
A: ¿Dedicación? Tu juicio anda retorcido ¿Como puedes mantener la misma frívola actitud frente a la muerte, y mucho más cuando se presenta de esta forma?
T: Bueno, por lo menos hay algo positivo en todo esto. Nuestro amigo aún conserva su hombría en la entrepierna…

jueves, 22 de enero de 2009

En el intermedio

La única cosa que me ofende es que me pregunten dónde tengo la cabeza. Mi marido nunca me lo pregunta desde aquélla cena navideña. Le armé un alboroto de aquéllos. Tiré unos cuántos vasos y me gané el respeto de toda su familia. A veces me pregunto si lo que sienten no es miedo. Claro que no me molesto averiguándolo, de todos modos sólo los veo una vez al año. Es que soy muy tímida, no acomplejada; tímida.
Yo sé que usté está mira que te mira aver si me sonrojo al hablarle tan sinceramente pero usté no podría adivinar la cara que pongo porque no me ve. Claro que es algo de lo que está plenamente consciente. ¡Ay! ¡No sé que cosas digo! Mejor sigamos... ¿Quieres saber que se siente vivir con la cabeza bajo la tierra? Jajajajajá. Acabo de acordarme de un chiste que me hacían en el colegio: Había una vez una avestruz... ¿no? Bueno, sólo quería dejar en claro que las avestruces no meten la cabeza bajo la tierra, es un mito rural; ellas hacen su nido en el piso, probablemente alguien las vio agachándose y comenzó a decir que cuando sienten miedo, entierran la cabeza.
Yo cuando siento miedo ¿sabe? Me empiezo frotar las manos como todo el mundo. Soy una persona normal, algo tímida y con sus propios recuerdos tristes, pero completamente normal ¿Ya ve? Tengo dos hermosos hijos y un esposo exitoso. Es más de lo que me auguraron mis maestros. Cuando me casé llevaba un vestido blanco largo acampanado, el cuello era muy alto y me picaba, se ensució mucho porque se arrastraba. Por más que me rogaron, no me convencieron de levantar la cabeza para la foto oficial, quedé así, tal como me ve ahora. ¿Quiere que le muestre? La foto está guardada porque a mi marido no le gusta tenerla colgada ¡Pobre! La gente le tiene lástima, igual que a mis hijos. Creo que hasta les hacen burla. A mi ni me importa, voy a todas las reuniones de padres de familia, ferias escolares, excursiones. Claro que mis hijos nunca van. No sé porqué todo el mundo se hace tanto problema. Se sienten desafiados, creo. A mi no me molesta estar todo el tiempo así. Hubo una época en que me convencí de cambiar, creo que fue la primera vez que me enamoré, no de mi viejo gruñón, si no de otro, un joven muy inteligente que conocí en la universidad, fui a ver a varios médicos y no me encontraron ningún defecto físico, ni siquiera tortícolis; luego fui a ver a un psicólogo eminente y terminó confundido porque mientras el decía que cargaba con un sentimiento de vergüenza y culpa atroz, yo le trataba de meter en la cabeza que si andaba así, era porque me sentía cómoda, como esos extravagantes pantalones jeans que se ponen los jóvenes de ahora, sólo que lo mio es simple y natural... Lo veo algo turbado, ¿se siente bien? ¿Quiere un vaso de agua? ¡No, no! ¡Por favor no se levante! Yo se lo traigo ¿Ya no quiere? Usté sabrá. Le decía, las avestruces son aves generosas: los machos cuidan los huevos de 3 o 4 hembras a la vez, a diferencia de otros... hummm... también se comen piedras e insectos... humm..., carroña... plantas... y... humm...
¿Y usté me pregunta por qué las avestruces meten la cabeza bajo la tierra? Yo le respondo de la manera más lógica: ¡Ni modo que la tierra se meta en la cabeza de las avestruces! ¿No cree? No no no. No me estoy burlando, le hablo en serio. Mire cómo pongo mi mano en el pecho al decírselo: a veces, por la perspectiva, las personas interpretan este gesto como una grosería. ¡Cómo entenderse con gente así! ¿Quiere que le diga cuál es mi mayor problema? Los curiosos, ¡sí! Cómo los vecinos, como mi marido, como los periodistas... ¡Sí! ¡Cómo usté! Ji ji ji ¡Cómo! ¿Ya se va? ¿No quiere ver mi álbum de fotos? ¡Pero sigamos hablando hombre! ¡Oiga!

Las pajas que me dejan publicar

Hay un hueco de 7 metros en el piso de la Iglesia del Hospital Viedma que nadie ve. Los bautizos, las misas, la reunión de alcohólicos anónimos, suceden con la misma frecuencia de siempre. Los parroquianos van a hacer su visita a la misma hora de todos los días. Hay una cinta plástica que predica: “hombres trabajando” y que impide el paso, pero para los feligreses es sólo una sugerencia. La tierra está por todas partes y, de cuando en cuando, un taladro sacude las paredes como si fuera las trompetas del juicio final. Pero ninguno ve el hueco, ni a los obreros, ni siquiera a los arquitectos que, como ángeles, apuntan al cielo… o tal vez, hacia una rajadura.

domingo, 18 de enero de 2009

Inercia Existencial

Febrero 22...
El súbito impacto sirvió para recordarme que debo manejarme con cuidado y así evitar nuevamente un duro revés de la inercia existencial. Había conocido como una excepción la vida sensual, desde un estado maníaco y lograr dibujar bizarras muecas de alegría entre los labios durante unos gratos 120 minutos, pero como un muro implacable surgió ese matiz de vacio, apatía y labilidad.
Al carajo!! No será mas que un resplandor lancinantemente bello de nuestro errante pasado.

Debo recordarte que en mi anterior existencia, el sexo había tenido el amargo sabor de culpa, y ahora mucho mas que amargo, a sabiendas de la desaprobación de tu marido. -"Según recuerdo, en tu anterior vida dijiste que en tu condición de Sátiro y en el cadalso de tu existencia, habías convivido entre ninfas" replicó Melisa. -Efectivamente, pero no hubo momento alguno en el que no me sintiera culpable por traicionarlas...a todas!. Se escuchó una dulce risa, tan femenina y dulce como el arrullo de cuna.

Y mientras se aprestaba a cubirirse con sus prendas y cuyos jeans habían sucumbido a la fricción, marcando pequeños orificios en las posaderas y dejando ver su dulce y trigueña piel, recordaba que en cierta ocasión había escuchado la siguiente sentencia: "el romance adormece a la lógica, de lo contrario nadie se arriesgaría". Quise eternizar el momento expresándole mi sentir, pero la respuesta no fue justamente la que esperaba. -"en vez de dar rebuznos, porque no haces algo útil y me pasas mi corpiño? creo que cayó detrás de la cama" replicó.

Evidentemente se adormeció mi triste lógica. La reciprocidad no es regla, y lo que parecía ser la pequeña almena en esta sombría madriguera de angustia, no era más que una irreverente sombra, mi amada huesped tránsfuga.

Dejó caer aquel muro, y aquella desdibujada sonrisa se torno en una inexpresiva facies...


Febrero 29... (año bisiesto)
"Como si su cuerpo hubiese muerto con ella". - Pensó en voz alta y en tono luctuoso.
Se percibían en la sala dos cuerpos exánimes, se parecían, como hermanos gemelos. Uno yacía inerte en un bello y lustroso nicho de pino. En su femenino rostro se esbozaba una disimulada sonrisa, su piel tan lisa y fria como la porcelana, rubor en las mejillas, sombras celestes en los párpados, ofreciendo un dulce aroma a jovial travesura, pues quien dijo que la muerte no es bella? El otro, yace inerte en un recoveco de la sala, pálido, ofuscado, por los poros destilando aroma a tabaco, vino y sudor, un puñado de franca incertidumbre en la garganta. Quién dijo que la muerte no apesta?


Febrero 27...
Cada relato tiene su fin. Claro que en la "vida real" cada final es un comienzo. Y a pesar de tomar a la esperanza, como el último de los recursos humanos antes del drama y la tragedia, debemos aceptar como realidad que todo llega a su fin. - Aquella sentencia caracterizada por un frío y calculador orador, como solía serlo. Tristán, el mismo lenguaraz y basto de siempre, fatuo, petulante y necio. Podría afirmar que casi lo conozco en persona... Hasta creo que me agrada!

Discó cuatro veces su número celufónico, cuando estuvo a punto de perder la paciencia logró obtener el tono. Ella contestó al cuarto tono, pero no con la misma jovial actitud de siempre, ahora en un claro tono gélido, helandome hasta el deseo. Como soportar tantos repentinos y repetitivos cambios de ánimo? Aplacando su también incostante ánimo.

Febrero 27...
Ese mal sabor de boca dejado por el tono indiferente de Melissa se convirtió posteriormente en un tremebundo escalofrío, que surcaba desde el auricular del teléfono, hasta el cóccix.
"Ya no aguanto más" Fueron las últimas palabras antes de colgarle el teléfono.


Tomando firme una fina y lustrosa hoja hendió la misma en los surcos más largos de su femenina y lisa piel. Previo a eso habíase tomado algunas ASA, permitiendo de ese modo dejar discurrir la vital "escencia escarlata" a través de sus jóvenes hendiduras. Pigmentando de rojo la almena de su casa, mientras se preguntaba y en voz alta "¿ a qué atribuirle este mísero sentir, vana fué mi busqueda de algo divinamente terrenal al cual aferrarme?" - Mientras tres sangrientas lágrimas descendían de sus ojos y le contestaban "No hay gloria en morir por mano propia, tal cual afirma tu misiva, así como no hay salvación para tu herencia mortal, así como viviste, habrás de caducar".

Su piel se tornó índigo y luego palideció, su corazón palpitaba agitado. Ya solo deseaba recostarse y cerrar los ojos por solo un momento. Su torso ahora se movía aún mas agitado. Todo un vano intento por compensar su estado ya letárgico de inminente colapso.
Pasadas 4 horas, él llegó a su encuentro, la vió recostada sobre la alfombra. La tierna calidez de sus piernas se había desvanecido, el rubor de sus mejillas y el resto de su piel se convirtieron en livideces. La rigidez dificultó su traslado, así como también dibujo aquella disimulada sonrisa de la cual todos se despidieron 2 días después. Quizás sería más fácil tomar a la muerte con frivolidad o frialdad.


"Que triste destino para mi tan arraigada alma materialista, pues finalmente la muerte no hace distinciones".


Este relato ya fue publicado en Myspace, pero deseo compartir su escaso contenido literario, :P

viernes, 16 de enero de 2009

Rumbo al primer primer contacto

-No, yo no tengo hermanas -dijo Irene frunciendo la nariz.
-¡Ah! Debí confundirte con alguien más -respondió el melenudo.
-...
Ella decidió mirar hacia afuera e ignorar a su vecino. Las calles estaban húmedas y había poca gente transitando. A través de la ventanilla semiabierta, sentía en su rostro un aire fresco y límpido. Metió la mano en su bolso, sacó un chocolate y se lo metió a la boca pero...
-¡Qué bocadillo tan delicioso el que traes!
... comprobó con tristeza que no sabía como antes. El micro seguía su ruta lentamente con su típico tambaleo; entretanto, el vecino aprovechaba cada curva para apretujarse más a ella. «Esto empieza a ponerse feo» concluyó. El carro se detuvo y frente a ella apareció un ciego que intentaba cruzar la calle; al verse interceptado empezó a golpear el micro con su bastón blanco:
-Muévase -le gritó a la llanta.
El auto siguió su marcha y el melenudo intentó de nuevo iniciar la charla:
-¿Viste eso? El ciego no se dió cuenta que el micro estaba yendo hacia el otro lado ¡Pobre gente!
Irene lo miró desde abajo con la boca torcida. Le fastiaba la compasión forzada.
-Si. Aunque los ciegos en realidad tienen mucha suerte, en especial los de nacimiento.
-¿Por qué?
-Porque los ciegos no se imaginan cómo se ve un montón de sesos esparcidos en la calle -le respondió muy solemne.
-¡Uy! eso es muy cierto... y muy sangriento -agregó el sujeto estirando los labios y cerrando los ojos, como si estuviera en un comercial de TV. Irene volvió a sus pensamientos pero fue interrumpida nuevamente .
-¿Te gusta el chocolate?
-No.
Nuevo silencio seguido de desconcierto.
-Está fresco ¿no?
Ella, envés de responderle, imitó su sonrisa estúpida. El otro no entendía. Volvió a arremeterla:
- ¿Te gusta el frío? A mi me gusta. Odio el calor y los días soleados ¿Será que soy un ser de la oscuridad? Como los vampiros ¿te imaginas? Yo, un vampiro del siglo 21. La melena me viene bien. Me da un aire místico, eso es lo que me da dicho mucha gente. Bueno, no mucha. La verdad es que no tengo muchos amigos, es bohemio eso ¿eh? -La olla a presión de su cabeza amenazaba con reventar- Siempre me he sentido distinto a los demás, desde pequeñito. No sé porqué te digo todas estas cosas, acabo de conocerte y todo, sin embargo...
«Momentito» pensó Irene. «Este tipo piensa que tenemos algún tipo de relación sólo porque me he sentado a su lado. Mejor lo corto por lo sano.»
-¡Ejém! Sí...
-¿En serio? ¡Lo sabía!
-¿Perdón? -Había perdido el hilo del monólogo.
-Que tu también eres de las que disfrutan los días nublados -dijo victorioso.
Ya habiendo intuido esta respuesta, en lo que el tipo terminaba de decirla, la invadió la ira.
-¿¡El queeé!? ¿Quien carajos te crees para inferir cosas de mi vida? -se levantó indignada.
-Sólo era una pregunta...
-¡Una pregunta mis bolas! -le gritó mientras se agachaba para poner su cara a escasos diez centímetros del otro. -¡A mi nadie me viene con cuentos! ¿Entendiste? ¡Hace mil horas que te estoy ignorando y tu ni te das por aludido! ¡No me interesa tu vida! ¡No quiero hablar contigo! -chilló; luego estampó su dedo índice contra la frente de su víctima quien -para su sorpresa- apenas se movió. Era como hablarle a un costal de papas. Esto terminó de enfurecerla. -Y ¡Sí! ¡Soy de las que prefieren los días nublados pero nunca se lo digo a nadie porque ahora a todo el mundo le gusta! ¡No hay exclusividad! ¡Déjame pasar! -lo empujó con su rodilla y salió al pasillo. -¡Y si algún día volvemos a cruzarnos hazme el favor de salir de mi campo visual o voy a golpearte! -le dijo con el puño en alto antes de bajar del micro. El hippie desvió la mirada aceptando el veredicto.
Abajo la esperaba Gustave. En un segundo, Irene pasó de la furia ciega al odio contenido.

En Un Ensueño

Mi reloj biológico ya marcaba las 22:00 horas, encendí la tontuela caja para mirar un episodio estreno de Dr. House. Al mismo tiempo que me recostaba sobre el sofá tomé una copa de Cabernet Savignon y un dulce hipnótico, para pronto aprestarme a ensoñar.

30 segundos después...
Al evocar un cachito de oscuridad que había dejado olvidado en la luz vi sangrar al mundo, al alma del hombre como género (saben que me refiero al varón y la mujer). El hombre como el mundo, maquillados con fatuidad y futilidad, no quiero hacer comparaciones pues podría verme mellado en el intento. De sus heridas mortales salían a borbotones llanto y risas sardónicas. Heridas provocadas por graciosas siluetas, con cachos en sus pelones cráneos deformes y en sus famélicas manos pequeños tridentes. Se me antojaban hilarantes, pues de cierto modo se parecían a pequeños payasos de circo saliendo de su también pequeño "escarabajo" o peta.

10 segundos después...
El golpeteo de la puerta y aquel agudo pero familiar tono de voz me levantó con un sobresalto. Recordé inmediatamente que hoy 30 de Julio celebraríamos su santo en una romántica cena en Puerto Madero. Solo atine a gritar en forma muy convincente: mierda!!
Me apresuré en abrir la puerta, menudo error. Sentí como llegaba de lleno un soplamocos como el zarpazo del oso gris para derribar un rival, en la lucha por una hembra en celo.
..Terminamos!! fueron las últimas palabra que advertí de ella.

35 minutos y otra copa de vino después...
Me sentía relajado, el hipnótico y el vino en sinergia acarrearon los sueños, Dr. House había terminado y nuevamente zozobré en aquel burdo ensueño de enanos, sangre y risas sardónicas.
Y aquel cachito de oscuridad quedó por siempre olvidado en la luz.

miércoles, 14 de enero de 2009

De insensateces e insensatos

Reposaba en su frío lecho cuando un fugáz paradigma (en forma de idea) de Dios se esbozó en su frágil mente. Rebuscaba las palabras en afán de concretar ideas sonantes para sentirse menos chabacano cada vez que pronunciaran su nombre, como aquel hombre arrabalero que tiempo atrás solía llamar "padre".

Según veo, de todos los seres de "la creación" representamos mejor, el papel de "vulgares y errantes" reflejos suyos, con nosotros la creación se salió de sus cavales, de su control, de sus divinas manos. Hasta que punto? A tal punto, que tuvo que encarnarse en un reflejo suyo, mostrar su lado terrenal, para que? Para morir en manos de sus propio vástagos.

Vano fué su egocéntrico intento por buscar la eterna adoración. Si hubiese profundizado el tema, tendría que manosear en viejos conceptos sobre molaridad y eso me produce cólicos intestinales acompañados de diarrea verbal, pues con que moral puede hablar de moralidad (valga la redundancia) si tras una estatua de sal arden pueblos cuya gente solo saciaba sus más profundos instintos, que por cierto son los que mueven a muchas especies de animales y no son condenados a un mar de torturas.

Luego se levantó de su cama, se despojó de su almohada de plumas de ganso y se disculpó por departir tantas trivialidades en tan poco tiempo.

lunes, 12 de enero de 2009

Confesiones de una tarde de verano

Sintió la germinar semilla del desprecio un lunes a medio día. Finalmente le encontró sentido a esa hostilidad confusa y dispersa que hace meses arrastraba. Apareció mientras almorzaba con sus padres. Fue una revelación espontánea y precisa que le llegó mientras llevaba la cuchara a la boca. Ya le había sucedido una vez, cuando sintió la despersonalización hughiana -la naúsea sartriana, el absurdo ontológico-, pero esa vez sostenía un tenedor y no se lo llevaba a la boca sino estaba dentro.
La comida siguió como tal. Gustave prefirió guardar silencio y evitar confrontaciones de mal presagio. En una ocasión, se atrevió a expresar un pensamiento en voz alta que nadie entendió. Le preguntaron a qué se refería y el contestó con la misma pregunta: "algo turbio es algo turbio". El otro insistió y Gustave decidió explicarle como a un niño de 5 años, con un dejo de sarcasmo que no podía disimular. El encuestador seguía dando lata, tenía la firme intención de hacerlo reventar pero Gustave retrocedió. Era siempre la misma cosa: tensiones progresivas que en determinado punto se reabsorbían. La formula lo fastiaba, ceder o dejar temas abiertos no eran su fuerte.
Cuando terminó de almorzar se dio cuenta que no quería estar en ningún lado.

viernes, 9 de enero de 2009

Por Todos Aquellos Cuyo Gemir No puede Expresar Ningún Deseo

En una gélida noche de verano, algo inusual, pues no llovía ni encapotado estaba el cielo. Eran corrientes de fria cordura, acarreadas por mi frígida cortesana.
Estábamos prestos a beber algo de lubricante social para así sentirme un valiente "caballero" y ella una ardiente doncella...frígida.

Por escudo llevo mi burda indiferencia, por yelmo la apatía y mi espada la despectiva ironía.

Bebe la escencia escarlata, embriaguémonos de juiciosa locura. Mas, vanos todos los esfuerzos fueron por encender mi regodeo, pues aún reposaba frígida en su lecho límbico.

La líbido y livideces vagaban por el dorso, piel anserina y aroma a manzanas. Tres días después el ambiente apestaba, supongo que es ya definitivamente la hora,
...de sepultarla.

miércoles, 7 de enero de 2009

Palabras Que No Existen

Dejó caer las tijeras al oir semejante sentencia, mostrando su peor disgusto.
G: Sí mamá, quedó embarazada y no se cuál tu molestia si tu pedías siempre ser bendecida con una nieta.
I: Evidentemente!! Pero nunca dije que debería ser justamente el tuyo, pues eres el menor de todos y ni siquiera terminaste tu carrera.
G: Sabes? tus cambios de humor me dan tortícolis.
I: He vivido muchos amargos capítulos, pero este es el peor, acaso sabes lo que puede significar semejante responsabilidad?
G: Y que sugieres entonces?
I: Irás esta misma tarde a la casa de tu hermano, él sabrá que hacer.

...en algún meandro del tiempo/espacio
Hrm: Mamá me contó sobre su sutil hazaña, y solo puedo ofrecerles dos opciones. La primera sería rápida pero muy traumática, la he descartado casi por completo, prefiero la segunda, que es algo lenta, pero en relación a tu edad gestacional es la más adecuada. al final será doloroso, pero da buenos resultados.
G y E: Optamos por la segunda.
Hrm: Pues bién, sigan recto y recuéstala sobre la camilla, en unos minutos estoy con ustedes.
E: No puedo creer con que frialdad maneja esta situación, estoy que me muero de miedo y pena por las repercusiones. Pasabapor su mente una ensalada de pensamientos: Que le diré a mi madre? podré tener en el futuro hijos? el lunes tengo examen de física y no estudie un carajo, espero que sus manos no estén frias.
Hrm: Muy bién, puedes pasar al cuarto y ponerte esta bata, quítate toda la ropa... Ahora sube a la camilla y pon la piernas en los soportes, relájate que yo haré el resto.

3 horas y 20 contracciones depués.........
Hrm: Puedes levantarte y vestirte. Mientras yo hablaré con mi hermano. -No puedo creerlo, primera vez que veo algo así, me dió la impresión de que se movía. Espero que esto te sirva de escarmiento. "Es mejor meter el dedo que meter la pata". No intentes sobornar tu conciencia con un par de monedas, pensado que mientras haya amor todo marchará bién. Aunque algo vanal, no dejas de ser humano.