viernes, 9 de enero de 2009

Por Todos Aquellos Cuyo Gemir No puede Expresar Ningún Deseo

En una gélida noche de verano, algo inusual, pues no llovía ni encapotado estaba el cielo. Eran corrientes de fria cordura, acarreadas por mi frígida cortesana.
Estábamos prestos a beber algo de lubricante social para así sentirme un valiente "caballero" y ella una ardiente doncella...frígida.

Por escudo llevo mi burda indiferencia, por yelmo la apatía y mi espada la despectiva ironía.

Bebe la escencia escarlata, embriaguémonos de juiciosa locura. Mas, vanos todos los esfuerzos fueron por encender mi regodeo, pues aún reposaba frígida en su lecho límbico.

La líbido y livideces vagaban por el dorso, piel anserina y aroma a manzanas. Tres días después el ambiente apestaba, supongo que es ya definitivamente la hora,
...de sepultarla.

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